Pues eso, día- crónica , dia- crónica costaba,pero no como ahora, cuando escribes reflejo de los sentimientos inmediatos, del ahora, sin a penas procesar lo que te viene a la cabeza, pecas en la forma, en la redacción, pero escribes desde dentro, y a mí, me gusta y me sirve porque cuando me releo, encuentro lo que busco, sentimientos, colores, olores, situaciones y anécdotas que se hubieran perdido diluidas en mi cada vez más corta memoria.
Hoy toca cerrar ese viaje que finalizó a penas cuatro días, madre mía, y ya me parece lejos, cuando viajas a nuestra manera, en la que cada día cambias de hotel, ciudad, pueblo o país, es como si todo cambiase tan rápido que de no escribir perderías montones de momentos en el olvido.
Este viaje no había grandes diferencias como en el viaje al Este cuando fuimos a Estambul y un día estabas en Italia, los Alpes y al otro en caminos de tierra en Albania o en carreteras reviradas en Rumanía y viendo carros y burros como de otra época, o camino a Cabo Norte donde los renos, papá Noel, las casas con sus tejados de hierba o secaderos de bacalao te hacían ver que te alejabas de lo cotidiano.
Esta vez, hemos visto verde, más verde, campos, valles, montañas no muy altas, lagos, mar, rios pero no era un gran cambio, las diferencias eran entre verde, súper verde, mojado o súper mojado y nubes o totalmente cubierto. Los paises pasaban de poner morcilla en el desayuno con huevo, salchichas y judias a lo mismo pero sin judias añadiendo una especie de masa en triángulo, hasta Francia que retomamos el "pain au chocolat"con "café au lait" y sus galettes y crepes. Pero a pesar de echar de menos esas grandes diferencias culturales en el día a día , variedad en comidas, paisajes etc, no puedo decir que me haya sabido a poco. Aún no siendo diferentes...me ha encantado.
Todo empezaba un 30 de junio a las dos y cuarto, salía disparada de la comida del colegio con los compañeros para salir para Bcn con mi moto, allí me encontraría con Sergio y saliamos para Francia, dentro de nuestra línea, sin dar margen al respiro, aprovechando desde ya, quizás era el tramo más difícil, yo sola Zgza-Bcn. Claro que ya llevo cuatro años en moto, pero sola, sola, igual es la segunda vez en este recorrido, y la insistencia de Sergio a veces en evitar q yo vaya sola, me lo pone algo difícil, porque me hace cuestionarme, podré? Pues claro q se puede, solo hace falta tener que hacer algo sin más remedio para darte cuenta que puedes, y yo de eso se un rato y perdonar, además basta que me digan... pero tú podrás...? Zas! Y tanto ( aunque este cagada, ja ja)
No os asustéis, no iré día por día, fueron 29 días de ruta, de viaje, de convivencia en pareja, sí, para mi cuenta, ya he dicho alguna vez que es el periodo más largo que puedo compartir con Sergio, por circunstancias personales es así, nos vemos para lo bueno, viajar, hotel, moto... Parece fácil verdad? Pues no negaré que es especial, pero siempre llegan de nuevo nuestras cuentas atrás en las q tachas día a día hasta llegar al viernes para disfrutar dos días y eso es difícil.
Cada persona es completa( nada de medias naranjas), y yo he descubierto estos últimos casi ocho años que puedo llevar sola mi casa, educar a mis tres hijos sin ayuda, más bien muchas veces todo lo contrario porque no digo peores pero sí diferentes criterios y normas que dificultan ese progresa adecuadamente en la maduración y crecimiento de todo niño, aun así, todo va fluyendo y cuando se atasca, llega el desatasco ja ja. Pues eso, una casa, cuidar de mis tres hijos, el trabajo... puedo sola, pero mi yo como mujer, echa de menos esa persona q a la hora de cenar charla contigo como persona madura y no como adolescente o niño, ese que se acuerda de un que tal el día? Ese que te abraza ante un mal día y sientes su abrazo y ya es diferente, todo se arregla. Al final te conformas con esos washap de buenas noches cariño, te quiero y buenos días.
Pero te acostumbras, como a los desayunos irlandeses y escoceses, algo así como si se acabara el mundo ja ja,vaya tela lo que comen, en un gran viaje siempre quedan cosas por hacer como esas fotos que por diferentes razones nunca hice y hoy describiré para retratarlas en mi crónica y que no caigan en el olvido, han sido km y km o más bien millas y millas donde con un solo color, el verde y su gama más extensa se pintan los más bellos paisajes, acantilados y pueblecitos mudos que se asoman al mar con sus colores rojos, azules, naranjas en las paredes de sus casas, como queriendo mostrar que la lluvia no importa, y al mal tiempo, buena cara.
En este viaje los dos puntos claves han sido Escocia e Irlanda , la pregunta¿ cuál te gusta más? Pues no me decantaré claramente por uno de ellos, no me gustaría dejarme uno de ver, eso sí, he encontrado cosas diferentes, haré un compara y contrasta como en el colegio. Las dos son verdes, comidas prácticamente igual, rios, colinas, carreteras con sus plasing place( posiblemente escriba ya mal, mi inglés de estos 29 días q ya empiezo a olvidar buaaa) pero cambian sus gentes, en Irlanda mucho más sociables o más bien habladores, desde el primer día en Belfast, la gente se paraba para preguntarnos y hablar con nosotros, en Escocia, no te paran para hablar, aunque eso no significa que sean antipáticos , para nada. La gente es muy civilizada, conducen respetándose y sobre todo, nos ganan en paciencia, no pitan ni se molesta ante un error del otro, dejan paso, respetan a ciclistas y motoristas hasta sorprender, vamos una gozada, Irlanda es más de turismo de autobús, a los acantilados de Moher, a la calzada de los gigantes, a... Y todo con sus tiendas de recuerdos mil etc, aunque sí quieres tb hay donde perderse y disfrutar de un acantilado sin nombre singular o momento en la carretera que te deja la boca abierta, aún así, a pesar de todo lo turístico q es, hay que verlo, es una pasada y muy bonito. La gran ventaja, para mí, de Escocia es que no sentí tanta presencia de turistas, Escocia es "más virgen" por decirlo de algún modo, los caminos, carreteras, y lugares que vimos eran momentos en los que te parabas y disfrutabas de cada minuto, eran bancos en la nada que miraban al mar, a esa montaña perdida en la colina o al lado de esa cabina roja que a alguien se le ocurrió poner en un pueblo de a penas dos casas y que su inusual encuentro, lo hace especial , y eso que Escocia nos tocó más agua que en ningún sitio, tanto que la isla de Scay o Mool no las apreciamos en todo su esplendor. Ambos son lugares caros para viajar de hotel, algo que no esperaba, pero algún día me encantaría viajar con miis hijos y eso es que me gustó, porque es lo primero que pienso cuando algo lo disfruto con Sergio, si podemos, lo haremos con los chicos.
Gales nos sorprendió gratamente, no esperamos nada, lo importante estaba hecho y aquí nos sorprendimos gratamente ( no puedo dar datos, ves, ya tendría que mirar fotos o releer crónicas) y Francia era un paso para llegar a Zaragoza.
De este viaje me quedo con esos bancos donde disfrute de vistas, momentos y paz, del olor a hierba, pino, naturaleza, de esas gamas de verde donde con un solo color se pintaban km y km o millas y millas de paisaje, presentándome todos los tonos que nunca podrías imaginar, con esas fotos que se escaparon de mi móvil, no las hice por cansancio, porque no podíamos parar etc etc, esas casas negras de un pueblo pesquero que Sergio decidió que no parábamos, ese banco al lado de una cabina en la carretera sin ton ni son que conforme avanzas te das cuenta q te hubiera gustado fotografiar, o esa campiña donde algún girasol se coló entre florecillas blancas, azules y naranjas de manera singular y las dejas atrás buscándolas en el retrovisor de tu moto. Me quedo con ese puñadito de gente que comenta cada foto, mi crónica o ese arrebato de indignacion ante zancadillas que alguien intenta ponerme y que todavía no sabe que cada vez salto mejor y le dedico menos tiempo, todo arreglado y salgo ganando que lo sepas( esto por si lo lee el susodicho, que me consta q a veces lo hace si no siempre, lastima de vida aburrida).
Gracias por preparar 29 días de viaje Sergio, eres una pasada, gracias por seguir abriendo ventanas delante de mí y mostrarme que nuestras vistas de cada día siempre serán especiales, gracias por no decir a todo que sí, a veces es bueno discernir. Te quiero.
Gracias a 2TM, gracias a su traje Halvarson completo y botas, la lluvia no fue mi pesadilla, probada su calidad llueva lo que llueva.
Y ahora toca pensar en el siguiente, este curso tendremos un viaje especial y sumaremos nuevos sueños para otro verano, y como siempre escribiré para que no se me olvide lo afortunada que soy. Y ahora sí, a descansar.
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