sábado, 25 de agosto de 2018

RUTA A LA ALEMANA. 25 AGOSTO DE 2018

De mañanita ya empezábamos con fresco pero es que todo el día ha seguido igual de 10 a 18 grados máximo así que calor ni gota. Y lo bien que siente es ducha de agua calentita cuando llegas al hotel... y nada de corta, casi 40 min debajo del agua. Pero algo habrá pasado no? Pués claro.
El comienzo ha sido genial, las gargantas de la Jonte o ”Gorges de la Jonte” prometen mucho al principio pero se quedan algo cortas al lado de sus vecinas las “Gorges du Tarm”, más completas en cuanto que son más entranmadas aunque si algo tienen peor es que están más masificadas o al menos cuando pasamos la última vez, en cambio hoy íbamos casi solos, claro que nos hemos pegado el madrugón a las siete de la mañana para que nos cundiera el día que se presentaba largo.
La primera parada ha sido en Le Rozier, sin bajarnos de la moto pero el pueblo como dejándose caer en aquella falda de la montaña, la tranquilidad.... merecía foto, entonces las calles todavía empezaban a despertar, eso es lo que más me gusta de madrugar, tener la oportunidad de sentir, como las cosas y lugares van despertando a tu paso, calmados, con la fresca como dicen en mi tierra ja ja.
Esas carreteritas nos ofrecían mill rincones para parar, pero claro viajamos en vacaciones, donde primamos el avanzar para alcanzar lo que nos habíamos propuesto Besançon y eso no nos dejaba margen a muchas paradas, lástima. Si viajara sin tiempo pararía mucho más y me distraería mucho más. Así que sin mucha distracción ...paradita en Florac, un pueblecito que tiene un agradable paseo, sus casas de piedra, calles en las que la pizarra se mezcla tanto en el suelo como en las paredes de las casas, y otro encanto más, su río que atraviesa sus calles como uno más.
Y sin más, carretera y manta, el GPS nos mandaba dar la vuelta, pero Sergio insistía en su ruta, al final...la última visita,  Les Grottes d´Oselle, quedaron pendientes para otra vez ya que la última visita era a a las seis y media y se nos hizo tarde, las siete.
La verdad es que han sido algo más de nueve horas subidos en las motos y estábamos cansados, así que, perdonábamos sin mucho afligirnos esa última visita, por la cual, tampoco habíamos parado, salvo en Florac y a comer  en Le Puy, con vistas espectaculares a su iglesia, que desafiando a la ley de la gravedad, se muestra imponente en lo alto de un peñasco.
Hoy era necesario avanzar para mañana entretenernos en varios sitios, tocarán muchos menos km y muchas paradas y es que cada día es diferente y eso es lo guay.
Hemos terminado con una buena cena que sin grandes pretensiones, pizza vegeteriana y ensalada, nos ha sabido a gloria. Y por cierto Besançon... chulo, y eso que como de noche todos Los Gatos son pardos y en este pueblo lo de las farolas no les deben ver utilidad pués no las encienden, y claro, me he perdido muchos detalles, otra excusa para volver.
Olor....el de los fideos en el hornillo, aprovechando el calor que desprendía, color....el de las aguas cristalinas Del Río Loire y el rio La Jonte, una imagen...la carita de una niña muy pequeña, a penas dos añitos mirando como arrancábamos las motos.

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