La cosa hoy va de atascos. A primera hora la cosa pintaba bien, temperatura agradable, solitos en la carretera, curvas, bosque, bosque, curva. La primera ciudad...Bamberg, bueno, para dos estrellas, lo más difícil conseguir andar sorteando a los grupos de cruceristas de la tercera edad que intentaban colonizar cada sitio y si te los cruzabas en una escalera se aferraban a las dos barandillas como si se les fuera la vida en ello, vale , pero dejar hueco al menos por el medio!!!, pues no, ja ja, bueno yo también me haré mayor y me haré con la barandilla. Pues eso, un paseíllo pero no para reseñar. Supongo que como en otros viajes, cada día te vuelves más exigente y lo que en otro momento sería chulisimo, cuando has visto veinte casas de tejaditos x, o iglesias varias a cada cual más impresionante, pues comparas y quitas valor a alguna que sí lo tiene.
El siguiente pueblo, Marktbret, sus paisanos muy amables, un señor de una tienda ha salido con un papel escrito a mano para que lo dejáramos en las motos, así no os multará la policia, yo creo que el papel era para decir que volvíamos a la una, Sergio dice que para que supiera que habíamos llegado sobre la una y así el señor decía que podíamos estar dos horas, curioso la traducción en este caso del alemán cuando no tienes ni idea jaja. Y otro señor no se que decía desde la ventana, era gordo, gordo, y grande, la ventaña ridículamente pequeña, y de vez en cuando levantaba el pulgar, extraño pero parecía querer hablar amigablemente. Y digo extraño, porque cada vez que te fijas en alguien hablando parece que estás de una mala leche, claro que tanta consonante, y tanta palabra larga, agota , será eso.
La comida de hoy en un pequeño rincón de un pueblo, sentados en un banco con cara de rana en su respaldo y de altura considerable, con los pies colgados y como si de un parque de experimentos de ciencias naturales se tratase, ahí hemos comido nuestras ensaladísimas, y luego yo he probado todos los juegos para niños, incluído una plataforma del lago que te subías y estirabas de una cuerda para deslizarte sobre ella por el agua y pasar al otro lado, como una cría ja ja.
La próxima parada, Rothenburg, aquí repetimos y hasta hemos repetido helado como la vez que vinimos y es que Sergio es mucho de rutina y es capaz repetir algo como eso. La verdad es que estaba buenísimo, de esos que son yogurt helado y frutas o lo que quieras.
Y ahora viene la parte fea, y es que eso de correr en las autopistas alemanas, al principio Gràcia, luego yo ya he descubierto que correr a partir de 150km/h no me motiva la tensión y la presión del...cuidado no me compensan, si a esto le sumas, obras, paramos, ahora lento, ahora rápido, ahora como quieras, lento, rápido, como quieras, parado... parado, parado, aggggggg, hasta el gorro. Supongo que tienen que arreglar las autopistas antes de que empiece el súper frío, si no e sincomprensible tanta obra. Hemos salido de la autopista, pero claro nosotros y mil más, así que atasco en carretera y así entre atasco, con el culo escocido y saltándonos los últimos tres pueblos ya que Sergio lospuntuó con una estrella y estábamos cansados, hemos llegado a Magencia.
A reseñar en Magencia dos cosas, lo difícil que es cenar a partir de las nueve y su catedral escondida, rodeada de casas, etc que la hace casi imposible de apreciar en todo su esplendor, que lo tiene.
Hoy me quedo con el rinconcito de nuestro restaurante de hoy, el olor a pino, cuando la carretera se mete en los bosques y color el de l verde y morado de un campo cultivado con cereal y remolacha o col lombarda que parecían fosforitos.
nosotros tambien hemos experimentado las obras de la autopistas alemanas y las interminables filas de camiones!! precioso viaje estais haciendo!
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