domingo, 26 de agosto de 2018

Ruta a la alemana. 26 de agosto de 2018




Hoy hemos comenzado frescos pero de verdad 6,5 grados y niebla, verano? La verdad es que muchos bosques ya presentan tonos rojizos y esa variedad desde el verde hasta el marrón pasando por los naranjas y rojos, claro si es que yo creo que nos quedamos todas las chicharrones en España.
Aún así, a las ocho ya estábamos de nuevo encima de las motos, desde que me levanto hasta que me acuesto no me quito esa sonrisa floja de la cara, esa que es reflejo de paz, de sentirme bien, que digo bien, genial. Y es que no se puede pedir más, cada mañana Sergio me cuenta la ruta, qué vamos a ver, km, horas de moto y el tiempo que deberíamos usar en paradas sin excederlo mucho, para llegar a destino a una hora razonable, ducharnos, salir a cenar y ver el sitio mínimamente.
Soy afortunada, él dice que disfruta preparándolo y a mi, me encanta dejarme sorprender.
En la planificación de hoy tocaba una iglesia muy especial y varios pueblecitos estilo los del cuento de Hansel y Gretel o así los imagino y Estrasburgo y desde luego han superado lo imaginado.
Para empezar la iglesia Ronchamp, impresionante, han merecido la pena los 8 éramos por verla. Cuando Sergio dice ...esto tengo muchas ganas de verlo porque recuerdo verla en la enciclopedia de mi abuelo, bendita enciclopedia, algún día tiene que enseñármela porque madre mía lo que cabe en esa enciclopedia. Lo más sorprendente de esta iglesia es lo diferente que es a acualquier iglesia, a penas hay ornamentación religiosa en cuanto a imágenes, salvo una virgen y una cruz muy básicas, pero cada rincón está cargado de simbología, juega con La Luz para establecer todo el significado. Hay un altar central con la mesa una vela y la Biblia, detrás un sagrario nada ostentoso y la Virgen el lo alto de una especie de ventana, la cual puede girarse para dar misa también en el exterior donde hay una mesa csimilar a la de dentro y un sagrario. Luego como escondidos hay tres altares más todos  con lo mismo y los tres iluminados por La Luz natural, uno de ellos en tono rojizo, se alternan según. Se va poniendo el sol y una de las paredes llena de ventanas diferentes por las que La Luz entra jugando y con mensajes a modo de vidrieras, es difícil de explicar. ¿Qué es lo que me gusta? Un iluminando eso altares, la sencillez de la misma, está pensadísimo cada detalle pero solo utilizando los recursos naturales, La Luz, no con grandes imágenes etc, invitaba al recogimiento. ¿Qué me gustó menos? Quizás esa diferencia la cual me hacía difícil pensar en la iglesia católica convencional, Algo extraño, porque le habían quitado aquello que a mí a veces me sobra en las iglesias y ahora me encontraba rara, ains qué complicados somos. en resumen, merece una visita, tanto por fuera como por dentro... lleva un ratito analizarla y se disfruta poquito a poco , cuando vas leyendo el porqué de su estructura.
De ahí al primer pueblo Eguisheim, pues nada parada y vuelta la moto, había que pagar tres euros por verlo y te daban un vaso de vino, estaban como en fiestas, así que nos lo hemos saltado y directos a Colmar. Impresionante, madre mía, callejuelas llenas de casitas con esas vigas de madera que tanto me gustan, porticones de los que cuelgan cacerolas si es un restaurante, corazones, leña...todas super decoradas y como queriendo recrear el escenario de un cuento, y ya bien metidos en el pueblo, canales, canales con barcas entre góndolas y barcazas pero a motor paseando a los turistas, un trenecito, coches de caballos...vamos tranquilo el pueblo no es, pero de cuento...sí. Así que tanto restaurante etc etc hemos caído, pegatina para la moto, imán para casa y comida alsaciana  en el restaurante con más corazones que he visto ja ja, nos hemos comido un flamencuchen ( algo así) como una pizza pero de masa muuuuucho más fina. Ya hemos entrado en calor y al salir mientras recorríamos las calles de los 10 grados hemos pasado a 18, genial.
El siguiente...Kayserbery, más casitas ideales, canal, etc y ya empezábamos a estar cansados.
Otro más, Riquewihr, aquí no, aquí tampoco... Sergio se empezaba a impacientar, que no llegaremos a tiempo de ver Estrasburgo tranquilos, que no se si debemos parar y donde... al final lo apuntamos para otra vez y listos, nos saltamos también otro pueblo más y directos a Estrasburgo, la verdad es que Kayserbery prometía.
Una vez en Estrasburgo, ducha y caminata desde el hotel teníamos 33 min andando hasta el Centro, hasta la catedral y misión cumplida, hoy en total hemos andado alrededor de 18 km, no está mal eh así que nos hemos ganado otra cena alsaciana, esta vez platos contundentes y buenos, quizás algo copiosa para ser una cena, pero con la caminata de vuelta, hemos ido rebajando algo.
Y por fin, la guinda del pastel, la CATEDRAL!!!, ¡Qué maravilla! Hacía tiempo que algo no me
dejaba tan estupefacta, es imponente, recargada, los arbotantes se multiplican en sus caras laterales mientras que en la fachada hay tanto que observar que no puedes si no quedarte quieta y más tarde cuando intentas irte, sientes la imperiosa necesidad de volverte y decir venga una vez más y punto, todo lo contrario a la sencillez de Ronchamp, esa sencillez que a mí tanto me gusta, sí , pero esta opulencia en su exterior... me maravilla, aquí sí, por dentro tocará en otro viaje porque ya estaba cerrada. Queda proclamada como mi catedral favorita.
Analicemos el día, color...el tono cobre, envejecido de la catedral de Estrasburgo, olor....uno que no me ha gustado nada, el del queso del postre de la cena, bufff e imagen... me quedo con momentos, hoy Sergio ha estado especialmente cariñoso, algo extraño en él, y anda que no he disfrutado cada beso inesperado, cada vez que me abraza... Ains...C´est l´amour

1 comentario:

  1. Colmar es el pueblo de mi dentista y nos lo recomendó en nuestra ruta anterior. Catedral de Estrasburgo... simplemente brutal,maravillosa!

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