A lo que vamos, el día no ha dado mucho de sí, hoy, un lugar importante, los acantilados Slive Leage, una pasada, tan pasada como el aire que hacía que he pensado que me tiraba de la moto y luego que se me llevaba cuando paseaba para ver las vistas, he estado por ponerle una cuerda cita al Morchon que con eso de que está delgadillo, no sea,se me lo lleve el aire.
Ha sido un día extraño la lluvia era intermitente y como a escupitajos, ibas por la carretera tranquila pensando si hasta me voy a secar, y de pronto zas! Pero así, zas! Te salpicaban las gotas al casco que poco apoco se quedaba en una lluvia tan fina, que ni te enteras de lo que cala, que sí que cala, y en el casco mucho peor que la lluvia de toda la vida, esta se quedan 1.000.000 de mini gomitas que no ves ni torta, vamos un medio desastre porque bueno desastre entero no que te acostumbras.
Una cascada, que sin ser espectacular estaba bien, y de esos sitios que agradezco viajar con Sergio, en ningún sitio la vi señalada, él lleva ahí en su GPS y su libreta todo apuntadlo que da gusto, me encanta su libreta, con esa letra, y como lo hace, para mí sería imposible, la disposición de lo que escribe y como, no sé explicarlo, vamos pero que me encanta. Ahí están todos sus viajes, un pequeño tesoro, cada una de esas libretas. Entre el modo lluvia- no lluvia ha podido hacer unas tomas con drone, y lo mismo en una curva que hemos parado antes de los acantilados a observar un valle precioso donde las faldas de la montaña parecían cráteres de la luna, eso sí, en verde claro, pero oye a mi, me ha recordado a a la luna.
Y después empezó el viento, y más viento y subí ditas fuertes y por fin los acantilados, espectaculares, colinas, acantilados, el mar, solo lo ha enturbiado un poquillo el aire que para comer ha sido una odisea, eso y la serie está de lluvia- no lluvia que también ha aparecido en la comida.
Y la segunda sorpresa del día después de esos acantilados ha sido el hotel, uy qué raro, un complejo enorme y muy bonito, nada que ver para el precio según están por aquí,que para sorpresa nuestra más caros de lo esperado, precio ajustado y muy espectacular, porque lo valemos, toma ya, la cena ya no ha sido barata pero de vistas espectaculares y los platos han merecido el pasarnos un poquillo.
Y mañana ya veremos, dan lluvias de verdad y alguna paradigma haremos para intentar llegar a los acantilados de Moher sin lluvia, que no sé si será posible, ya se verá si podemos hacer las caminatas previstas o no. Bueno, a descansar que ya toca.
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