La mañana empezaba fresquita, nubes amenazando lo peor, y así fue.
Primer paso, foto del castillo DÓrcia,
y ya empieza a llover, nos ponemos los trajes de lluvia y que si sí que si no llegamos a Bagno Vignoni, hasta nos hemos quitado los chubasqueros, hemos dado un paseo, fotos en las aguas termales...oh! Empieza a gotear, empieza a llover, empieza a diluviar, un cuarto de hora en el porche hasta que ha parecido parar, sabiendo que solo era una pausa porque si mirabas el cielo, la cosa estaba clara, vuelta a los chubasqueros y bien hecho, diez minutos en moto y nos ha caído la del pulpo, lógicamente, eliminamos puntos de visita ya que no se veía nada del aguacero y directos al hotel en Perugia, con suerte si dejaba de llover, había muchas cosas que ver en Perugia.
Hemos pasado por Castiglione del lago, vale pues el lago estaba en el pueblo porque la carretera era como un rio, madre mía que pasada, con razón hay obras para poner asfalto drenante que lo anunciaban, y falta que hace.
Ya a doce km de Perugia paraba de llover o casi paraba, nos hemos casi secado, hotel, ducha, cambiarnos, comer y para Perugia. Solo un PERO a Perugia, madre mía que callar, tornantis de peralte de miedo, subidas que en primera con la moto y yo cagada, de hecho no se si voy a dormir pensando en que mañana tengo que salir del hotel haciendo lo mismo a la inversa y estoy cagada, pero que muy cagada.
La ciudad merece ser visitada, la catedral, palacios, callejuelas donde perderse es una sorpresa y un placer, y la ciudad subterránea, una maravilla. Pero esas calles, asfalto y curvas con pendiente del 10%.... anís mañana más.
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