domingo, 7 de agosto de 2016

7 de agosto Mostar/ Montenegro.#RutahaciaelEste.




Hoy empezamos con un buen desayuno y es que el hotel era bastante sibarita, de momento no llovía, nubes que amenazaban pero nada más.
Una vueltecita por Mostar observando los restos de una guerra, esos edificios que ya no se levantaron o esas casas que todavía no han cubierto esos agujeros de sus fachadas y es que lo primordial no es lo que los demás piensen si no lo realmente necesario.
Observo de cuantas cosas se pueden prescindir y me pregunto si de verdad son necesarias tan pocas, y es que lo material podría ser en su mayoría prescindible pero nos empeñamos en acumular y poseer . La salud, los amigos, la familia, momentos con la persona que amas, la experiencia de tus hijos, ser madre, ser mujer, ser persona, eso es importante, eso es lo que debemos cuidar.
Y después del día de ayer, hoy a pesar de no ser un día luminoso, mi espalda, culo y cuello parecían mostrarse tolerantes, al final del día acudo re cansancio pero ya lo llevo mejor. 
Hoy no ha llovido tanto, no he llegado a cansarme tanto y es que al final la lluvia saca de ti ganas de donde parecía no haber, hemos cruzado Bosnia por el interior sin a penas enterarme. Tan solo una parada, en un monumento que todavía no sé que era, esos que los sovieticos hacen porque si. Hemos subido tantas escaleras como cuando subí a Chichen-Itzá y total para nada, bueno si para reírnos un rato porque claro ante las cosas absurdas surgen momentos divertidos.
Y en un momento estábamos en la frontera con Montenegro, a todo esto ya llovía y claro forrada de ropa etc cómoda cómoda...no pero que la he pasado.

Y sorpresa, de pronto las montañas se mostraron espectaculares, el cañón de Piva, no os lo perdáis es como esas carreteras antes de llegar a Andorra, o a la selva de Oza en el pirineo pero a lo bestia, la carretera se mete en montones de túneles de piedra que se ven desde la carretera como ojos en la montaña, una presa y aprovechando una pequeña tregua que nos dio la lluvia, paramos a comer. Esta vez en una gasolinera donde había un restaurante llamativo pero nosotros al lado de la caseta de informacion hemos sacado el hornillo y a lo happy (y muertos de vergüenza) pero fenomenal.
Más tarde como por sorpresa y después de ver unos cuatro o cinco accidentes con volteretas de campaña (más de dos), apareció un monasterio, el monasterio de Piva, oye impresionante y creo que nos hemos volado por la puerta que no eran no hemos pagado, la gente llevaba un papel tipo ticket pero no hemos buscado mucho, foto, momento silencio y fuera.
El dia ha acabado en Kotor, otro imprescindible, apuntarlo, se presentó como un falso fiordo porque no proviene de un glaciar pero no por eso menos espectacular. Su muralla en zig zag impresionante, su casco histórico espectacular y recorrer sus calles nos ha dejado con ganas de más y es que siempre hay que dejarse rincones para volver.
La cena en uno de esos restaurantes bien, nos servían el cubierto con guantes pero pegadizo al lado de un bar de marcha que ha acabado con mi cabeza, no quiero pensar en los decibelios .
Pero eso sí, Kotor es un sitio con encanto y no precisamente el del apartamento que hemos cogido. Está donde ya no hay más que subir, allí, madre mía que serpentinas o tornantis, medida de cono de autoescuela. Asfalto nulo tipo pueblo deshabitado y sin parar, he pasado un cague... Mañana toca bajarlo pero hemos descubierto una carretera algo mejor. 
A Kotor volvería, a este apartamento no, pero hoy hemos puesto lavadora y eso era necesario, y que por la zona hoteles mínimos, casi todo apartamentos.
Bueno que se me cierran los ojos, mañana Albania. Besos .

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