Aunque cenamos allí, lo hicimos dentro porque hacía fresco y éramos los únicos cenando y es que ya sabéis que Europa lo de la cena no la entienden en nuestro horario. La cena fue normal, barata y es que ya por estos lugares otra cosa no, pero comer y dormir es barato.
A lo que iba, no había nadie está mañana hasta que nos fijamos que fuera estaba el camarero, salimos. Por otra puerta y para sorpresa nuestra vemos unas mesas en una especie de plataforma encima del lago, con su vaivén y todo pero lo justo para que Sergio no se marease porque él se marea hasta en un tiovivo.
Preguntamos y sí, el desayuno era allí, desayunamos una especie de pisto con huevos revueltos y el café con leche o cocacola Sergio. Pero el qué era lo de menos, el lago parecía tan perfecto que parecía imperfecto. Me explico, una barquito en el centro, de decoración, una niebla que parecía salir a veces más otras menos como jugando, patos que aparecían y desaparecían sin más, el agua cristalina en modo sumo y es que ya comentó Fernando Retor que dicen je son unas de las aguas más cristalinas del mundo. En fin, todo era tan bucólico, tan perfecto que parecía de cuento y es que se ,os traba como uno de esos vídeos documentales que parecen preparados al efecto. Así que lo único que hice fue mirar y mirar, quería no pensar en nada pero claro, soy mujer y eso es casi imposible. Seguro que Sergio no ha pensado en nada.
El lugar daba para un reportaje de fotos pero eso lo deja,os para los de las hamacas de fuera, que a bien seguro han elegido ese sitio para descansar y no hacer nada, salvo leer, mirar, paseo en barca... Pero ese no es nuestro viaje así que rumbo para el Este. Y a la salida compramos nuestra pegatina de Macedonia, ya que como turistada que es,este lago, pues tiene una callecita llena de tenderetes.
Nuestra primera parada prevista estaba en Ohrid, la ciudad, un par de iglesias, pero misión imposible, calles cortadas, tráfico y teníamos ocho horas de moto pendientes así que prescindimos y seguimos.
La siguiente visita fue a una mezquita muy peculiar, su fachada es ja baraja de naipes, curiosa.
Y continuamos hasta Skopje, una ciudad llena de estatuas gigantes, los autobuses son como los de Lo eres pero claro, esto es Macedonia, así que algo habría pasado porque todos estos monumentos están llenos de pintura hechas a mala idea y la imagen de la ciudad es de desorden y no se, con mal gusto. Para llegar hasta aquí montones de pueblos donde las cafeterías y calles están tomadas por los hombres, y es que la cultura en estos sitios no sitúa a la mujer en un bar o de paseo con las amigas, de hecho a veces notaba como estos hombres sentados con sus amigotes giraban al verme, supongo pensaran , mujer , en moto ... Vaya marido que le deja hacer esto, en fin son otras maneras de ver y entender las cosas,
Y después de dos horas más llegábamos a Bulgaria, frontera fácil y bastante rápida y el hotel...ains el hotel, pues peculiar y es que el concepto de elegante es diferente. Y el reloj cambia, aquí es una hora más tarde así que cenar a las ocho? Ni hablar, pues nada, hornillo y en la habitación.
Mañana nos adentraremos más en Bulgaria, recorreremos Sofía y tenemos poco de moto, cosa que,con perdón, mi culo agradecerá porque en este viaje no sé que me pasa que voy a tener que reestructurarlo si no se me cae a pedazos antes.
A dormir!!!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario