De Karaman a Capadocia.
Día diez y requetediez. Desayuno completo salvo por el café que ha tenido que ser Nescafé y con leche fría, lo demás...espectacular.
Empezamos y sorpresa el primer tramo de carretera espectacular, con curvas, mal asfalto...sí me gusta que tengas que estar pendiente de los boquetes, la gravilla, que pases por pueblecitos que parezcan de otro siglo, etc etc y hoy lo tenía todo.
Lo primero Manazan y las casas cuevas, las primeras era una zona donde subías por una espié cie de escaleras hechas con pales, una cuestecita morrocotuda, que decimos en mi tierra y con bancos de esos en medio de la nada, curiosos donde yo siempre me hago foto, hoy he encontrado uno. Y ya arriba en la pared de la montaña se abrían diferentes hoquedades por las que podías meterte y subir pero... que nos hemos cagado patas abajo y no nos hemos atrevido, va que saldrá alguna paloma o murciélago, que esto no es seguro...(un señor que estaba abajo cuyo cometido solo era, sí, sí podéis subir y veré y por dentro se accede a diferentes galerías, todo esto en turco profundo, era por la ley de Babilonia, ya lo entendemos) y vamos que hemos hecho el caminito por fuera pero meternos como que no( Morchón no lo niegues que teníamos mieditis).
Bueno el mismo hombre en su turco profundo también nos ha explicado que a 4km estaba lo que Sergio le ha enseñado que teníamos en el dossier que prepara Sergio en cada viaje y que le mostramos al buen señor al llegar porque exactamente lo que veíamos no era. Así que le hicimos caso y después de nuestra exploración intrépida de estas primeras casas cuevas nos hemos alejado por esa carreterita. Y ahí estaban éstas con una especie de ventanas cerradas con madera, espectacular, la foto no es tan chula como lo son, y están en un pueblecito, dos calles donde gallinas, ovejas, pavos y ancianos y ancianas ataviados como en Marruecos profundo están en sus labores, me ha encantado(nada turístico). Una vez allí el GPS nos decía que siguiéramos, yo ya en reserva y la siguiente gasolinera a 45km le marcaba a Sergio si nos equivocamos... así que preguntó Sergio a un señor que venía en furgoneta, esto está asfaltado? Y señaló la carretera que subía para arriba, ok esperamos a que pasara un rebaño al cual sus pastores metían prisa amablemente y para arriba. Perfecto, curvas divertidas, alguna gorilla que otra, la temperatura hoy era fresquita pero nos habíamos puesto los forros debajo de la cazadora que Sergio en este viaje la temperatura la está bordando así que genial y aparecimos en otra carretera ya no tan divertida, autovía , gasolina y... eliminamos un punto el lago rojo un crater con oyeron que están en un lago...vamos Sergio le había puesto una estrella eran 80km más y hemos prescindido, quedaba una ciudad subterránea por ver y llegar a Capadocia.
¿Comida? Pues siguiendo una de nuestras especialidades en una gasolinera abandonada.
La llegada a la ciudad subterránea, ha sido curiosa, dos pequeñajos que no nos dejaban para que les comprásemos muñecos que llevaban, luego que si les montara en la moto... y a lo que voy a montar a uno... el señor que nos dijo aparcar aquí, sin cobrarnos nada les ha metido una bronca... que hasta me ha hecho duelo, es normal que se pongan pesados, estos no juegan a la play ni al móvil , o sí porque al irnos en un bar de chiringuito super cutre, dos jugando a algo parecido con un ordenador, así que todo no es lo que parece. Y bueno visita a la ciudad subterránea, madre mía si hemos bajado escaleras, decía que tenía ocho niveles y yo pensaba que habíamos bajado todos, pues no, hemos bajado solo dos, impresionante, y eso que había zonas que acababas con dolor de riñones de ir agachado todo el rato, curioso.
Y de pronto...llegaba lo mejor, me da igual que sea turistada lo de los globos, que mucha gente este por la zona, que tampoco hemos visto tanta pero la Capadocia...hay que verla, es espectacular, como se puede haber formado semejantes formaciones rocosas? Es alucinante, visualmente es de las cosas que más me ha impactado, me siento agradecida y genial, que suerte poder viajar, el mundo es maravilloso, y todavía me queda mucho por explorar, Dios mío dame tiempo, quiero disfrutarlo.
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