martes, 5 de agosto de 2014

Barcelona/Lyon, once horas, tres minutos ( 5 de agosto de 2014)


No está nada mal, once horas encima de la moto y tres minutos, estos últimos minutos me sobraban, porque el subculo me escocía y las piernas, o mejor, la rodilla, se empezaba a quejar. Así que mejor no sobrepasar las once horas. Fuera de bromas, estoy contenta, a pesar de no haber dormido mucho por el madrugón y, como era normal, nos acostamos tarde. Pero el sueño no ha sido un problema. Lo es ahora, que ya estoy que me caigo.
La ruta tiene algo muy especial, y no es la iglesia de Le-Puy-en-Velay, muy chula, o el puente en Millau, escenario maravilloso para nuestro restaurante a pie de carretera de hoy. Lo mejor era que hoy arrancaba algo importante, era nuestra ruta del verano y la connotación es que esta vez yo iría en mi moto, mi Derbi Terra 125cc.
Hoy poco a poco, cuando nos alejábamos y entrábamos en Francia, sin a penas detenernos salvo para gasolina y comer, me daba cuenta de que esta vez iba a tirar lejos. No se cuanto de lejos llegaré pero sí se, que Hoy ha empezado mi ruta.
Esa que tantas veces me he repetido y he comentado con otros amigos de la que todos hablan y saben y hacen sus idas y venidas por aquí y por allá. Pero mi ruta es diferente, solo descubro cada rincón, cada dcha. o izqda. o sigue 20, 30 o 40 km más, cuando arranco la moto, porque Sergio me lo dice por el intercomunicador. Y es que para mí, por dónde no es lo importante y cuándo llegaré tampoco me importa demasiado. Me gusta disfrutar de las curvas, a mi ritmo, de esas luchas encarnizadas en las que el camión va a 90 y yo le intento adelantar a ...92 km/h? Ja ja eso sí es una aventura. Da igual donde estés, siempre encuentras gente especial, vario pinta, y lugares especiales como Lyon , ciudad que me parece necesitará una segunda visita en profundidad porque hoy no me da mi cuerpo para todo lo que desearía.
Gente de hoy, dos chavales por la carretera con una especie de carros, uno parecía un tablero de ajedrez de colores y otro el arco iris (vestidos raros , muy raros).  Supongo se estaban aventurando en la vida, más que ser aventureros, todavía tenían muchas hormonas que dominar y un madrileño, en la mesa de al lado, en Lyon, mientras cenábamos. Hemos charlado con él un rato y ha acabado animando a Sergio por su hazaña al acompañarme, no entendía que Sergio me diera ese capricho, al parecer así parecía verlo él, creo que se equivoca, ojalá la vida se pudiera saborear, vivir y disfrutar despacito, intensa y largamente. Tristemente, a veces, pasa demasiado rápido, vivimos de recuerdos y soñamos con el mañana sin saber disfrutar el aquí y ahora. Por eso, a mí me gusta ir así, poco a poco, y eso que no niego si tuviera esos 30km/h más... juas.
Olores, olor a romero, a hierba recién cortada, a madera, numerosos troncos esperando a ser recogidos y transportados, olor a cerdos, ese camión que quería adelantar sí o sí, olor a fresco.
Colores, el verde de los campos, el gris del puente y el amarillo del casco de Sergio a quien  busco en mi retrovisor cada minuto.
Sentimiento, uno, ganas, ganas de seguir.

2 comentarios:

  1. Muchos ánimos y a disfrutar del viaje, cuando llegues serás consciente de que has realizado algo grande.

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  2. Aunque me sigue pareciendo una locura ole el pedazo de hermana que tengo os sigo km a km así que cuidadin ! Buena jornada

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