domingo, 10 de agosto de 2014

Hoy la ruta acabó pintandose de azul y marrón. 10 de agosto de 2014



Hoy era uno de esos días de "ir llegando" vamos, que íbamos a ir de un punto a otro y fin. Como el viaje clásico de coche, autopista/ autovía, a piñón fijo, vamos una lata. Por eso los viajes en coche son tan sosos, en la autopista los abetos y pinos no huelen y no es que no haya, pero no huelen. Los paisajes aún a 90 km/h no se perciben, porque los separan esas barreras absurdas, a veces vallas, a veces quitamiedos... o como aquí, que más bien parecen muchomiedo, y explico: los quitamiedos son barras de acero atravesadas o unidas entre sí por cables de acero, tres nada menos, vamos que para los que viajamos en moto si te caes y te acercas a ellos acabas en lonchas como el embutido. Jolín con lo majas que quedan las adelfas en autopista y no eso, para que luego nos quejemos. Siempre puede ser peor.
Pues hoy después de un buen desayuno en el hotel y un nuevo paseo por Estocolmo nos pusimos en ruta. Cuando a penas faltaban 50 km para terminar ruta, Sergio me dice, y si nos salimos desviándonos un poco para acercarnos a la costa luego por el interior y salimos finalmente de nuevo a la autopista? Genial!!! le dije, esto es muy aburrido y vamos bien de tiempo.
Gracias, Sergio. Decisión más que acertada. Empezamos a ver civilización. Llevábamos más de 300 km si nada más que abetos y, eso sí, señales de alces que molan mucho.
Nos acercamos a la costa, casitas desperdigadas que se acercan a los embarcaderos. Idílico. De pronto se abren grandes trozos de mar como si de lagos en la máxima de las quietudes se tratara. A penas una familia dándose un chapuzón y descansando, las casas tan próximas al mar que pintan maravillosas postales. Unas fotos y seguimos.
Por carreteras que dejan que podamos bailar un poquito con las motos, con curvas, baches y hasta tierra. De pronto, unas casas sobre el mar, otras justo asomándose y nuestras motos, bueno la mía más, hasta casi asomarse al agua (la de Sergio como es tan pesada no la acercó tanto, ja ja).
Este ha sido el momento cuento, y eso que yo tengo días mejores y no estaba por pintar de rosa los minutos, pero aun así esas imágenes las guardaré en mi retina bien a gusto.
A punto he estado de perder mi tortuga del llavero, se cayó en la carretera, ahí cerca del momento rosa, pero volvimos a buscarla, me he acostumbrado a ver sus ojos en las llaves mirándome, esta vez continúa ruta conmigo.
Saliendo a la autopista el navegador decidió que seis km de pista nos pintarían de marrón tanto azul de la retina y así fue, despacito pero sin pausa y prueba superada.
Fueron solo 30 km de más, fuera de ruta, los mejores del día. Y es que ir en moto te acerca ahí, a donde la gente del lugar es más real, menos turista y sin decir nada te dejan participar de sus vidas, metiendo tu moto quizás en lo que era propiedad de alguien, pero con respeto y educación se disfrutan de momentos mágicos.
Y ya hoy, dormimos no en hotel, ni apartamento como ayer , hoy toca en una especie de camping pero no se acampa son pabellones a modo de bungalow y en sus pasillos las habitaciones, las hay con y sin baño, habitación compartida etc. lo mejor el sitio, en medio de un bosque, y aunque muy sencillo, está limpio, así que a abaratar que hay que mirarlo todo.
Y mañana seguimos subiendo.







4 comentarios:

  1. Belen como sigas asi de bien escribiendo las cronicas en breve te pediremos un libro dd tu viaje....

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  2. Pobre tortuga,estaba harta de tanto viaje. Y tu vas,y la recoges. : )

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  3. Me sigues dando envidia, sana, por supuesto, a disfrutar mucho

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  4. La tortuga quizá quería ir de pesca ! Yo desde luego me iría , ja ja buena jornada !

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